Para el falafel
1 taza de garbanzos secos (200 g)
1 cebolla pequeña cortada en trozos grandes (80 g)
3 dientes de ajo pelados (20 g)
1 taza y media de perejil picado
1 taza de cilantro picado
½ cucharada de comino en polvo
½ cucharadita de semillas de cilantro en polvo
½ cucharadita de bicarbonato sódico
2 cucharadas de sésamo blanco
½ cucharadita de levadura química
Pimienta negra y sal al gusto
Para freír
1 frasco de aceite de soja
Hidratar los garbanzos toda la noche o hasta 24 horas en la nevera.
En el bol de un robot de cocina, añadir los garbanzos y triturar hasta obtener trozos pequeños. Añadir la cebolla, el ajo, las hierbas y las especias. Triturar hasta que la mezcla sea uniforme (tiene que mantenerse unida al presionarla entre los dedos). Salpimentar, añadir el bicarbonato y el sésamo y batir unos instantes más. Pasar la masa a una fuente apta para horno y refrigerar tapada durante 1 hora aproximadamente.
Añadir la levadura a la masa, mezclar y porcionar en bolas de 15 g.
En un cazo alto, mezclar la levadura y las semillas de sésamo.
En una sartén alta de fondo grueso, calentar el aceite de soja a fuego lento hasta que alcance 160°C. Introducir las albóndigas en el aceite caliente con la ayuda de una espumadera y freír por tandas, sin llenar demasiado la sartén. Cuando las albóndigas estén doradas, sacarlas del aceite y pasarlas a un plato forrado con papel de cocina.
Servir con salsa de tahini.
Consejo:Para la salsa tahini, mezclar ½ cucharadita de ajo rallado, el zumo de 4 limones, ½ taza de tahini y ½ taza de agua. Sazonar con sal y servir.