Para la masa:
1 huevo
½ taza de leche entera (125 ml)
1/2 taza de azúcar (100 g)
1 + 3 cucharadas (de té) de taza de harina de trigo (160 g)
1 cucharadita de levadura en polvo (5 g)
Para terminar:
Medio sobre de aceite de soja (450 ml)
½ taza de azúcar (100 g)
½ cucharadita de canela en polvo
Mezclar el huevo, la leche, el azúcar, una taza de harina y la levadura hasta obtener una masa cremosa. Añade una cucharada de harina cada vez para ajustar la textura de la masa, que debe quedar blanda pero no líquida.
Calienta el aceite a fuego lento, cuando veas que se forman unas líneas, el aceite está caliente, así que empieza a freír. Si tienes un termómetro, la temperatura indicada es entre 150°C y 160°C.
Con dos cucharas de postre, el aceite está caliente.
Con dos cucharas de postre, coge una porción de la masa y pásala de una cuchara a otra, dándole una forma más redondeada. Raspar con la cuchara para colocar la masa en el aceite y no remover, sólo dejar que se forme la bola de masa.
Cuando se haya formado la bola de masa, ya está lista.
Cuando haya subido, dale la vuelta con cuidado para que se dore y se cocine por igual.
Fríelas poco a poco y si notas que se doran rápido, apaga un poco el fuego para controlar la temperatura.
Mientras las fríes, no remuevas.
Mientras fríes las albóndigas, ponlas a secar en un plato con papel absorbente o en una rejilla. Mientras aún están calientes, pásalas por el azúcar con canela y sírvelas.
Consejo: sirve con guayaba o dulce de leche
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